lunes, 3 de diciembre de 2012

Presentación

La Asociación "Amigos de Viana" es una entidad sin ánimo de lucro que surgió hace años, en noviembre de 2002, cuando se reunió un grupo de personas quienes sintieron la necesidad de coordinar su voluntad y esfuerzo para conocer, defender y divulgar el patrimonio cultural de nuestra ciudad y crear un cauce adecuado de participación popular en la cultura de nuestra ciudad. Los estatutos se aprobaron por aquella época, pero por diferentes motivos, todo quedó diluido.


En este año 2012, hemos coincidido más personas con la misma ilusión de hace diez años y estamos intentando volver a reactivar la Asociación "Amigos de Viana", abierta a todo aquel que sienta estas mismas inquietudes, independientemente de ideologías o creencias, como podéis leer en los estatutos.

El sábado 15 de Diciembre a las 18:00 horas en la Casa de Navarro Villoslada haremos una reunión para renovar parte de la Junta, todos interesados en formar parte de la misma (con ganas de trabajar y perder un poco de tiempo en la asociación), por favor enviad un email a la dirección indicada abajo, para facilitar una lista al menos provisional y poder votarla ya el mismo día 15.

Para sugerencias sobre cosas que pudiera hacer la Asociación "Amigos de Viana", por favor escribid aquí o enviad un email.

Gracias, saludos.




El sábado día 12 de enero a las 18:00 horas, reunión de la Asociación en la Casa de Navarro Villoslada.

jueves, 29 de noviembre de 2012

El Príncipe don Carlos de Viana.


El Príncipe don Carlos de Viana.



"El Príncipe don Carlos de Viana", José Moreno Carbonero, 1881. Óleo sobre lienzo.

Hijo primogénito del rey Juan II de Aragón y de Blanca de Navarra y heredero de ambos reinos, Carlos de Viana tuvo que soportar que su padre le repudiara en beneficio de su otro hijo, Fernando “el Católico”. Sin embargo, ante su creciente popularidad en Cataluña, Fernando le obligó a retirarse de la vida pública, momento que inmortaliza Moreno Carbonero en este cuadro. En la pintura, un resignado don Carlos se entrega a la lectura y el estudio en la biblioteca del convento napolitano donde se refugió, acompañado únicamente por un perro.

La obra muestra el rigor histórico con que Carbonero acomete en acontecimiento, visible en los trajes y en el estilo gótico del sitial. La fragilidad que transmite el personaje, el gesto de amargo desencanto y  la mirada perdida, dan idea de la hondura emocional con que fue abordado el tema por parte del pintor.

El cuadro llamó la atención de la crítica por reducir a una sola figura todo el argumento narrativo, contrariamente a lo habitual en la pintura de historia del momento.





miércoles, 18 de julio de 2012

César Borgia, en el blog de Ana María Vázquez Hoys


Desde 1452, Navarra estaba en guerra civil entre dos facciones opuestas: los agramonteses, partidarios de los reyes Juan y Catalina, y los beaumonteses, partidarios del Condestable del reino, el Conde de Lerín. César se puso al servicio de su cuñado el rey Juan de Albret, quien lo nombra Condestable y generalísimo o capitán de los ejércitos de Navarra.
Su primer objetivo militar fe la conquista de la plaza beaumontesa de Larraga y, ante un fracasado intento, pasó a la villa de Viana, en posesión del conde de Lerín. En marzo decidió conquistar la villa y lo consiguió, aunque no el castillo
En la noche del 11 de marzo de 1507, se desató una gran tormenta y César ordenó retirar la vigilancia de la villa, lo que fue aprovechado por sesenta jinetes del conde de Lerín, posiblemente con la colaboración de algunos vecinos, para evadir el cerco, entrar en la fortaleza a través de una poterna o pasadizo de las murallas, llamada tradicionalmente «Puerta del Socorro», y abastecer a sus defensores con víveres para un mes más.
Al amanecer, la guardia vió cómo los jinetes abandonaban el castillo en dirección a Mendavia y dieron cuenta a César Borgia. Éste, encolerizado al sentirse burlado y humillado se pertrechó, tomó las armas y un caballo y se lanzó en su persecución por el Portal de la Solana.
César no se percatóbía que ha dejado atrás a su guardia y a sus soldados hasta que llegó al término conocido como «La Barranca Salada».
Aquí tres hombres del conde de Lerín le prepararon una emboscada, Garcés de Ágreda, Pedro de Allo y otro de nombre desconocido. Luego se apoderaron de sus ropas y bienes y le dejaron allí su cadáver completamente desnudo sin que se supiese exactamente quién era el caballero ahí tirado, hasta la llegada de Juanicot, paje de César, que se echó a llorar como un niño, abrazado a los despojos de su señor. El conde de Lerín, como buen caballero, le hizo duelo y permitió a Juanicot trasladar el cadáver a Viana para  enterrarlo en la iglesia de Santa María. Su epitafio decía:
“Aquí yace en poca tierra
el que toda le temía,
el que la paz y la guerra
en su mano la tenía.
¡Oh tú, que vas a buscar
dignas cosas de loar!
si tú alabar al más digno
aquí para tu camino,
no cures de más andar”
.
Este sepulcro permaneció poco tiempo en la iglesia de Santa María, ya que a mediados del siglo XVI, un obispo de Calahorra, a cuya diócesis pertenecía la parroquia de Viana, consideró un sacrilegio la permanencia de los restos de este personaje en lugar sagrado. Mandó sacarlos y enterrarlos frente a la iglesia en plena Rúa Mayor, «para que en pago de sus culpas le pisotearan los hombres y las bestias». El resultado final fue la destrucción del mausoleo. En 1884 se localizaron lo que se suponen sus restos en la Rua de Santa María o Calle Mayor, a los pies de la escalinata frente a la entrada principal de la iglesia, y se dejaron en el mismo lugar.
En 1945 se vuelven a exhumar los restos y se analizan, siendo depositados en 1953 a los pies de la portada de la iglesia, en el exterior pero dentro del recinto de ésta, bajo una lápida de mármol blanco que dice así: «César Borgia generalísimo de los ejércitos de Navarra y pontificios muerto en campos de Viana el XI de Marzo de MDVII».
Con motivo del 500 aniversario de su muerte, el arzobispo de Pamplona autorizó el traslado de sus restos al interior de la iglesia.